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martes, 10 de enero de 2017

BARES SON LUGARES

      Como ya sabréis, debido a mi trabajo (jajaja), paso el día de aquí para allá y, por desgracia, debo comer todos los días fuera de casa. No os podéis hacer una idea de lo diferente que se come según el bar que escojas. Harto ya de comer siempre lo mismo, un día me determiné por entrar a uno de esos restaurantes con estrellas Michelín. En concreto éste, que tenía 4 y, como yo no pago que paga la empresa, pues me dije: "Vamos pa dentro".
      Entré en su interior y allí no había un alma. Aquello se veía de un lujo desorbitante. Pensé: "Igual es que esta gente come más tarde". Así que sin pensármelo dos veces entré en el recinto. Al momento salió a recibirme el Métre, todo etiquetado, que parecía más un pipiolo que estaba buscando ligue que un maestro de la cocina. "Buenos días. ¿Que desea el señor?" Me espetó. "Pues no sé bien que es lo que sirven aquí, así que me pongo en sus manos". Le dije haciéndome un poco el longui. "Buena decisión caballero. Para empezar le serviré unos entremeses basados en el Bluff fumme". Lo pongo tal y como yo lo oí, porque no tengo ni idea de como se escribía aquello. "Perfecto, sirvamelo". A los pocos minutos apareció con un plato hondo y un cucharón (como la canción) y me lo dejó en la mesa. Aquello era como un albondigón gigante. Lo pinché un poco con el cuchillo para cortarlo y de repente hizo ¡Bluffff! y empezó a desinflarse y a salir un humo de color verdoso que asustaba. Dos minutos estubo saliendo humo, hasta que en el plato solo quedó una fina laminilla, como de papel. "No, señor, no se lo coma. Eso no es comestible. solo es para aspirar el aroma que sale al partirlo, para que sus sentidos estén preparados para la comida que viene a continuación. Ahora le voy a servir el "Sepie al quiub", ¡Delisiee! ya lo verá". Aquello sonaba bien y parecía que sería sepia, más que nada por el nombre. Al poco rato apareció con un bandejón inmenso, tapado con una tapa dorada. lo dejó sobre la mesa y se marchó. 
         Lo destapé y en su interior empezaron a salir hojas de todo tipo, de parra, de perejil, de laurel, incluso alguna que otra margarita, hasta que por fin llegué al fondo de la bandeja y... ¡¡allí estaban!! tres pequeñísimos trozos de sepia cortados en forma de cubo. Casi ni se veían. Fijaros como serían de pequeños que de un solo ataque con el tenedor me los llevé pinchados. Y no creáis que tuve que abrir mucho la boca para introducirlos en ella. Casi esbozando una ligera sonrisa penetraron en mi interior (uyyy que mal suena todo esto). En fin que aquello me duró "ná", así que llamé al Métre para que me trajera otro plato.
         Más de media hora tardó en venir el "trajeao" y eso que no había nadie en el local. "Para que usted tenga tiempo de saborear y paladear los aromas de esta exquisita comida", tuvo la desfachatez de decirme el gachó. "De la media hora que he estado esperando me han sobrado 35 minutos, con eso te lo digo "tó". Le tuve que contestar. "Anda, tráeme algo de carne, pero en abundancia, que tengo un hambre que "paqué paqué". Al momento se presenta con un platerón lleno de huesos gigantescos. Serían por lo menos de dinosaurio, pero no tenían ni un gramo de carne. ¡¡Así, bien repelados estaban!! "Es para que sienta el placer de roer los huesos, de la misma forma que hacían sus antepasados". ¿Pero este mojigato me está tomando el pelo o qué? "Mira, mis antepasados no pasaron tanta hambre ni cuando la guerra, así que ahora mismo me largo de aquí. ¡Pero si estoy ahora más delgado que cuando entré! Y eso que he venido a comer. Dígame que le debo". "Pues serán 450 € y no le cobro la carne, que no la ha probado". Agarré la chaqueta y me largué a toda ost... de allí, haciendo uno de los "sinpas" más rápidos de mi vida. ¡Pues no me dice el gachó que 450 leuros. "Amos anda"!
            Y desde entonces solo entro a comer a esos bares donde todo huele a fritanga, con sus croquetones, sus tortillas de patata, sus muslitos y calamares aceitosos... Porque, como dice la canción "bares son lugares..." ¡¡Que gusto da comer bien!! ¿Mentira o Verdad?

4 comentarios:

  1. Como se come en casa en ningún sitio... ¡eso sí!, si te la hacen.

    J. Carlos

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  2. Si esque no se te puede dejar solo ni para escojer restaurante ....(en mi familia somos asi )

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    Respuestas
    1. Claro, tu lo que quieres es que te llame para invitarte

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