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lunes, 27 de abril de 2015

PONGAMOS QUE HABLO... ¡DEL DOCTOR!

        Estoy muy... pero que muy nervioso. No me quedan ya uñas que comer, a no ser que empiece con las de mi vecino y no creo que le hiciera mucha gracia. ¡Bufff! Llevo varios días con un pesar en el estómago y no se de que es. Primero pensé que era algo que me había sentado mal, pero no puede ser que me dure tanto tiempo algo que comiera en mal estado, pues si mis cálculos no fallan llevo ya así como la friolera de 18 días sintiendo ese malestar. Y no aguanto ya mas. No se que es peor, no saber que me pasa o el pensar ir al médico. Es que les tengo pánico, se oyen tantas cosas por televisión de las atrocidades que cometen con los pacientes, que no se si es mejor quedarme a ver por donde explota lo que tengo o ir a uno de esos matasanos para que practiquen conmigo todas esas "brujerías" que dicen haber aprendido en la universidad. Menos mal que tengo a quien decida por mi y sus consejos siempre me han resultado acertados. Anoche llamé a Sandro Rey, ese que sale en la tele adivinando cosas, es que nunca me han fallado sus predicciones y me dijo que me tomara un vaso de litines con aceite de ricino y una cucharadita de salmuera. Me sacó de dudas ¡¡¡iré al médico!!! Solo de pensar en tomarme ese potingue se me remueve el poco trozo de estómago que todavía tengo sano.
        Lo primero que he hecho esta mañana nada mas levantarme... perdón esto es erróneo, ya me conocéis y creo que he mentido un poco a la hora de escribir la frase.... repito, lo primero que he hecho esta mañana nada mas me he cambiado de la cama al sofá, ha sido llamar al ambulatorio para pedir fecha para el médico. La verdad es que aunque he tenido que estar mas de hora y media al teléfono para que me contestaran, se han portado muy bien, me han puesto una música superchula, lástima que la haya tenido que estar escuchando tanto rato, además debe ser que me conocían o algo, porque sin suplicarles ni nada me han dado cita para dentro de un mes, al menos el susto no será repentino y podré ir haciéndome a la idea de tener que acudir a la cita.
         "Y pasado el mes..."
Como pasa el tiempo, parece que hace una frase que os decía que tenía que ir al médico y hoy ya estoy en la sala de espera aguardando a que me llamen. Dos tilas y cuatro tisanas llevo metidas "pal" cuerpo desde que me he levantado ¡Que pánico llevo encima! Vaya, me llaman a consulta, acaban de citar mi nombre. Pues nada, que sea lo que Dios quiera. Voy "pa" dentro :
JOSE : Buenos dias doctor.
DOCTOR: Buenos dias paciente. Cuénteme que le pasa.
JOSE : Vera doctor, es que llevo mas de mes y medio con un dolor en el estómago que ya no lo soporto mas. Me he tomado de todo tipo de remedios caseros, pero lo tengo que parece que me vaya a explotar.
DOCTOR: ¿Ha comido algo últimamente que le haya sentado mal?
JOSE : No doctor, prácticamente no como nada, con este dolor no tengo ni apetito.
DOCTOR: Esta bien, siéntese en la camilla y quítese la camisa.
JOSE : De acuerdo doctor.
       En eso que quitándome la camisa me dice el doctor...
DOCTOR: ¿Que es ese vendaje que le esta oprimiendo toda la barriga?
JOSE : ¿Esto? Nada, un método nuevo inventado por un maestro chino en el arte de la relajación y el adelgazamiento. Consiste en atarte alrededor de la barriga esta venda especialmente hecha con fibras de lino del sur de China y que en el plazo de seis meses te garantiza la pérdida total de esa bolsa que a los hombres nos cuelga en el abdomén y de la que nos sentimos superorgullosos, jejeje. Es el mismo método que utilizaban las Geisas para empequeñecer sus pies.
DOCTOR: ¡A ver! ¿Cuanto tiempo lleva con ese vendaje puesto?
JOSE : Pues casi dos meses.
DOCTOR: ¡Ya! ¿Y no cree que llevar esa venda tan apretada puede estar haciéndole el daño al que usted se refería al venir a mi consulta?
JOSE : Seguramente doctor, pero es que este remedio es infalible y me ha costado un ojo de la cara como para no seguir con él los seis meses que dura.
DOCTOR: Bueno, pero es que seguramente el llevar tan apretada la barriga le esta fastidiando el estómago y por eso usted no puede casi ni comer.
JOSE : Eso ya me lo figuraba yo, por eso he venido a verle, para que me de una solución.
DOCTOR: ¿Solución? ¡Quítesela y verá como desaparece la molestia!
JOSE : Si hombre ¿Y los 3.000 € que me ha costado quien me los devuelve? Yo he venido hasta aquí para que usted me solucione el problema sin necesidad de quitarme el vendaje.
DOCTOR: Es que no hay mas solución que esa. Yo no puedo hacer nada mas.
JOSE : ¿Me esta diciendo usted que con toda su carrera y los años de experiencia que lleva ya ejerciendo la medicina en este país no tiene un remedio para que deje de dolerme el estómago?
DOCTOR: No. Le estoy diciendo que lo único que puede hacer para no tener mas dolor y que el mismo no vaya a mas es quitarse ese estúpido vendaje.
JOSE : ¡Por favor! Si con razón dudaba yo de venir. Son ustedes unos ineptos. Incapaces de curar un simple dolor de estómago. ¡Pero dejarse unas pinzas en el interior de uno cuando lo operan, si! ¿eh? En eso si están espabilados. ¡Atajo de inútiles!
DOCTOR: ¡Oiga, no insulte! Esta usted un poco tocado del cerebro, casi diría yo que es mas preocupante eso, que lo de su estómago. Haga lo que quiera, yo ya le he dado la solución.
JOSE : ¡Pues menuda solución! ¡Perder 3.000 €! Para eso mejor me hubiera quedado en mi casa.
DOCTOR: Bueno, esta visita ha terminado, buenas tardes.
JOSE : Adiós don... don... ¡Que le den! ¿Habráse visto algo igual?
              Y me fui de allí cagando leches. Menudo matasanos. ¿Veis como yo llevo razón cuando no me fío de esta gentuza? No saben nada mas que recetar aspirinas y en cuanto les pones un caso complicado lo único que se les ocurre es que pierdas dinero. ¡Sinvergüenzas! ¿Mentira o Verdad?

lunes, 20 de abril de 2015

ETERNAMENTE JÓVENES

       Durante años la sociedad ha invertido gran cantidad de dinero, esfuerzo y trabajo en descubrir un elixir que nos mantenga perfectamente jóvenes, pero no interiormente, sino para mantener solo el exterior. Lo único que se pretende es que el aspecto que presentemos ante los demás sea el de una persona joven y bien parecida (como decía mi abuela) porque lo de dentro, ¿para que sirve?, si no lo va a ver nadie.
Es por ello que las grandes farmacéuticas no reparan en gastos a la hora de inventar nuevos potingues para que nos los untemos por todo nuestro cuerpo, saben que con ello se van a llevar un buen "pellizco" de nuestros sueldos (del que todavía lo tenga) o de nuestros ahorros (ahí si que no tengo ya peligro alguno). Han sacado cremas para la cara, los pies, la espalda, el pecho... incluso para eso que llevamos los hombres colgando y que no nos sirve para nada... exacto... has acertado ¡las manos!
Tantas cremas hay y de tantos tipos que en el cuarto de baño de mi casa hemos metido a presión 3 armaritos con sus correspondientes cajones para poder colocar los botes, ampollas, cremas, pastillas, etc. que tenemos para rejuvenecer nuestro cuerpo. Y eso sin contar las sesiones de remedios caseros que nos damos día si y noche también. 
        La verdad es que de normal soy yo el que usa todas esas porquerías, porque mi mujer es bastante reacia a la química, ella es mas espiritual y no me refiero con eso de que sea mas de rezar para obtener algún milagro, no, me refiero a espiritual de tomar licores santeros, tales como cazalla de la Madre Celestina, anís de Santo Tomás Bendito o poleos de Santa Teresa. Es que ella es mas de métodos tradicionales ya que dice que si esos remedios llevan miles de años usándose será por algo y las cremas solo llevan en uso unos pocos años en comparación. Pero a mi esas cosas religiosas me parecen cosa de brujería. ¡Donde se pongan unas buenas ampollas de botox que se quite el anisado Santo!
     Además de a la cuestión farmacéutica, soy un gran aficionado a los remedios caseros. Yo no duermo una sola noche en la cama sin ponerme el pepino en la cara. ¡Mal pensados! me refiero al pepino comestible.... bueno, a ese que está duro.... ¡leñe! al vegetal, narices, que le sacáis punta a todo. Pues sí, yo me corto mis rodajitas de pepino murciano y me las coloco encima de las mejillas, previamente untadas con crema esfoliante de "Cágaret Bastos", comprada en los chinos a un precio muy asequible para lo que me ha quedado de economía, no están los tiempos para despilfarrar. Luego por las mañanas me froto el cuerpo con una loción desionizante hecha a base de extractos de alcaparras, que son mas baratas que las de algas. Después me seco con toallitas hipoalegremeldía para quedarme fresco durante horas. ¡Ah! y no salgo de casa sin rociarme el pelo con laca mala-ya, para que el flequillo no se me levante aún en los días mas ventosos que te puedas imaginar ¡Mano de santo! no tengo ninguna queja de esa laca. ¡¡Bueniiiissiiisssima!!. No se me mueve ni un pelo.
        Aunque de un tiempo a esta parte me estoy notando unas pequeñas arruguillas en lo que es digamos la zona del bigote y las mal llamadas patas de gallo, que en mi caso se definirían mejor con el nombre de patuzas de pavo viejo. Eso me ha llevado a valorar el hecho de someterme a una operación de cirugía "estática". No, no lo he escrito mal, no le llamo "estética" porque no es operarme el pecho (lo digo por lo de "tetíca"), sería una operación en la que yo permanecería "quieto parao" mientras el cirujano realizaría su trabajo reponedor (me suena a gallina ¿será por eso lo de las patas de gallo?)
Pero en fin, eso de momento me lo voy a pensar mas tranquilamente porque entrar a un quirófano no es agradable ni siquiera para salir mas bello. Oye y que eso de las "patitas..." tiene su toque sensual. ¿Mentira o Verdad?

lunes, 13 de abril de 2015

LA BIBLIA SEGÚN SAN JOSE

      Esta Semana Santa me he dedicado a realizar labores de investigación acerca de la veracidad sobre las andaduras de Jesucristo y su familia en la Biblia y he hallado un pergamino, escrito por el mismísimo San José que cuenta una historia algo distinta a la que conocíamos hasta ahora. Dice así:
        "Hola, soy José, el de Nazaret, ese poblado marítimo cercano al Cabañal. Nací en el año 25 antes que mi hijo, porque si hubiera nacido después que él se habría liado parda, si ya se armó cuando decían que mi mujer lo tuvo sin... sin... en fin, ya sabéis. Escribo estas líneas para intentar aclarar un poco esas leyendas que se han creado en torno a mi familia y que algunos de los mejores escritores de la época se han dedicado a divulgar para ver si algún San Mateo Spilberg les compra los derechos para realizar alguna obra de teatro y de paso llenarse los bolsillos con unos buenos Sextercios del Águila. La historia comienza una tarde de verano cuando mi mujer María, a la que popularmente la gente del barrio llamaba "La Virgen" porque era mas pesada hablando que una vaca en brazos y que siempre que se juntaban con ella en la compra del superette salían de la tienda diciendo aquello de "La Virgen, que pesada es, no la aguanta ni Dios", vuelvo al tema que me lío, pues se acercó a mi y me dijo "José, estamos preñados". Claro, yo me miré y dije "Ostias, pues que bien lo llevo porque no me noto nada", es que mi mujer era un poco basta, provenía de una tribu del norte y no tenía la delicadeza en el habla que tenemos los mediterráneos. No me pilló por sorpresa lo que me dijo porque llevábamos mas de un año hablando con las palomas del parquecito y sabíamos por los libros que tarde o temprano tendríamos un hijo. Así que sin hacerle mucho caso seguí trabajando en el puente de madera que Calatrava me había encargado el año pasado para la inauguración de su Ciudad de las Artes.
          Pasados 7 meses nació nuestro bebé, un buen morlaco de 5 kilos que daban ganas de comérselo a besos por lo bonico que era. Le pusimos de nombre Jesús, aunque a mi me hubiera gustado llamarle Pablo, pero como siempre pasa en estos casos, la mujer es la que decide y por no oírla mas con aquello de "Si hombre, Pablo, como el tonto de la isla de Alborán". A los pocos días de dar a luz tuvimos que salir corriendo de la clínica porque no teníamos ni un duro con el que pagar los servicios del hospital y como todavía no se había inventado la seguridad social... Así que nos tocó escondernos en la cabaña de un monte lleno de olivos hasta que pasaron varios años y la deuda prescribió. Cuando Jesús tenía ya 18 años bajamos a vivir de nuevo a Nazaret y nuestro hijo empezó a ir con un tipo de gente que no nos gustaba nada... pero nada de nada. Empezó a hablar de una forma muy rara, defendiendo a los pobres y acusando a los gobernantes de corruptos y de no preocuparse por su pueblo. Se dejó el pelo largo y barba, que María le instaba siempre a que se hiciese una coleta para disimular un poco esas greñas. Pero ni caso, él seguía con su discurso "Podemos acabar con la injusticia. Podemos tirar a esos corruptos del poder. Podemos unirnos todos y gobernar nosotros para el pueblo y por el pueblo". A mi todo eso me sonaba "com un ismo" que decimos los valencianos, es decir, que eso no podía traer nada bueno. Si toda la vida esto ha funcionado así y estamos bien, quiero decir, pobres y jodidos, pero estamos vivos, ¿Para que cambiar? Nunca los cambios han sido buenos y sino ya veréis como a lo largo de la Historia, ningún cambio será para mejor. No será bueno quitar la Santa Inquisición, ni acabar con el feudalismo, ni siquiera la revolución francesa servirá para nada, pero bueno, son cosas de jóvenes, en cuanto pasen unos años cambiará. Pero estaba equivocado, pasaban los años y él cada día era mas radical, hasta el punto que un día recibí en mi taller una nota de nuestra alcaldesa Santa Rita que me pedía terminar con esas protestas por parte de mi hijo si no quería probar el "caloret" de les falles en mis propias carnes y todos sabíamos que no se refería al "caloret" del verá, ni siquiera al del ivern. Así que un día invite a casa a Jesús y sus amigos y le pedí a María que preparara una cena para doce personas. Durante la cena intenté convencerles de que lo que ellos proponían no era la mejor manera de vivir para los pobres. Nosotros no estábamos habituados a mandar ni tampoco a manejar dinero ¿Que haríamos con tantos millones de sextercios en nuestras manos? Si no sabemos ni que son las carreteras, ni los aeropuertos sin aviones, ni el AVE, ni los auditoriums... bueno, eso si los conocíamos en esa época, pero ¿Como ibamos a gastar ese dinero? Y era entonces cuando me respondía su amigo, el pequeñajo ese.... si.... ¿como se llamaba?.... ¡Ah, San Marcos Errejón! "Haremos hospitales para pobres, levantaremos escuelas y les daremos educación y con el dinero que sobre daremos asistencia social a la gente que la necesite". ¡Están como una cabra! pensé yo. "A estos no hay nadie que les cambie de idea". 
            Menos mal que al final de la cena se acercó a mi uno de ellos, un tal Judas el bigotes y me dijo "No te preocupes José, yo se como acabar con todo esto, tengo contactos en el gobierno que me ayudaran a terminar con esta vorágine de perversión del sistema, esta nueva Sodoma y Gomorra tiene sus días contados". Y así ocurrió. Fue salir de casa y un grupo de centuriones apresó a todo el grupo y los llevó a las mazmorras. La lloraera que pilló María fue de aupa. Yo intentaba consolarla diciéndole lo típico, "Esto son cosas de chavales. Ya verás que pronto los sueltan..." Pero me equivoqué, aunque solo en parte, pero era la parte que a mi me tocaba, porque a todos los liberaron menos al "coletas" , que era como los guardias llamaban a mi hijo Jesús. A él lo llevaron a juicio ante Poncio Rajoy que se lavó las manos y dejó que decidiera su chimpancé amaestrado (no voy a dar su nombre) el cual decidió lo mas nefasto para el muchacho, la crucifixión. Y con esto terminó la historia para mi y toda mi familia. Ya nada mas se supo de nosotros... ¿O si? Porque según la Biblia, Jesús, mi Pablo.... ¡¡¡¡Resucitó!!!!   ¿Mentira o Verdad?.
PD.: Esta historia es ficción, todo parecido con la realidad es pura coincidencia. El autor no se siente identificado con los personajes que en ella aparecen.