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lunes, 25 de mayo de 2015

UN DIA DE CAMPO

              Llega la primavera y con ella ese esplendor florido que se traduce en unos campos plagados de multitud de diferentes especies de flores y plantas. Que rica variedad atesoran nuestros campos, pero nosotros seguimos en la ciudad, ajenos a tanta belleza. Por donde mires hay colorido. No queda un palmo de terreno que no esté cubierto de manto vegetal. Es maravilloso, esplendoroso, portentoso… ¿O no?
            ¡Ay la primavera! Tan bella para unos pero tan trágica para otros. Hay determinado tipo de gente que es reacia a la naturaleza, bien por problemas de salud o bien porque el campo solo lo han visto en televisión o revistas. Nos centraremos en estas últimas, grandes desconocidas del universo natural, que lo más cerca que han estado de un paraje natural ha sido cuando estuvieron en la agencia de viajes sacando los pasajes para el crucero por el Mediterráneo.
           Conocí hace unos meses a una pareja que no cumplía ya los treinta caminando cuesta arriba por el camino que lleva a la balsa de Remolcadors en el término municipal de Serra. Iba yo en mi bici último modelo, subiendo esas empinadísimas rampas del Oronet (a pie y empujando la bici, por supuesto) cuando a lo lejos divisé a la susodicha pareja. La primera impresión que me dieron es la de unos montañeros bastante preparados, ya que portaban unas mochilas profesionales compradas en el Decathlón (aún llevaban las etiquetas puestas) y su atuendo era mejor que el que sacan en televisión los profesionales de la escalada cuando les hacen un reportaje en el campamento base del Everest. Cuando llegué a su altura me dieron el alto, me apeé del vehículo y me interesé por lo que les sucedía. El hombre se acercó y me pidió amablemente ayuda para él y su esposa. Resulta que al pasar cerca de un campo lleno de flores de distintos colores la mujer no había podido refrenar su impulso de acercarse a ellas para respirar su agradable aroma. Tanto le gustó la experiencia que desde ese momento no dejó de respirar el olor de cada flor que veía por el camino ¡Craso error! Porque no siendo conocedora de ninguna de las especies que se crían salvajes en el medio natural ese acto le podría ocasionar un perjuicio sin igual si la flor elegida no era la apropiada. Y así resultó. Por los detalles que me dieron y mis amplios conocimientos de botánica, aunque también pudo influir que llevaban todavía un ejemplar en la mano, deduje que se trataba de una flor de ortiga, la cual, como muchos de vosotros conoceréis, posee un alto poder urticante, en otras palabras,  ¡que pica la ostia! Seguro que más de uno de vosotros lo ha comprobado en carne propia. Mi mirada se dirigió entonces hacia la mujer y pude comprobar el lamentabilísimo estado en el que se encontraba su apéndice nasal. Y lo llamo así por describirlo de una forma educada, porque lo que aquello parecía era una morcilla de Burgos recién sacada de la sartén.
          El hombre no sabía qué hacer y leyendo un manual del buen montañero, que no sé de donde narices pudo sacarlo, vio que lo ideal cuando una persona tenía problemas de respiración era alcanzar una altura que no superara los 1.000 metros, porque ahí dicha persona empezaría otra vez a respirar adecuadamente. Lo miré con ojos de “que me estás diciendo” y le dije: “A ver chaval, eso será en los casos en los que el exceso de altitud te produzca mareos y falta de oxigenación, entonces lo más conveniente es bajar a cotas menos elevadas. Pero es que vosotros veníais desde abajo, prácticamente desde nivel del mar y os habéis subido a casi 600 metros de altitud recorriendo más de 15 km”. A lo que el hombre respondió: “Bueno, es que yo no sabía qué hacer y como en el manual ponía eso, que era lo más parecido a lo que estaba ocurriendo pues yo…”.
          Atónito me quedé “Mira lo que debes hacer es coger a tu mujer, montarla a caballito sobre tus espaldas y bajar esos 15 km que habéis recorrido desde el inicio de la subida a este puerto de montaña. Cuando estés allí, subes unos 4 km de la montaña que tendrás a tu derecha, lo bajas por el otro lado que serán aproximadamente un par de km y a unos 500 metros de la bajada encontrarás el pueblo. Pregunta por allí donde queda el ambulatorio. ¡Ah! Y llévala siempre a caballito. No debe caminar nada de nada en su estado”. El hombre me lo agradeció con un abrazo y cogiendo a su mujer a cuestas se dispuso a emprender la marcha.
            Una vez me quedé solo me entraron los remordimientos “Mira que mandarlo por ahí abajo al pueblo cuando si hubiesen seguido este camino hacia arriba en menos de 1 km hubieran llegado a Segorbe que es mejor pueblo y tiene hasta hospital”. Pero luego lo pensé mejor y dije “¡Que se joda! Después de hacerle recorrer 15 km a la pobre mujer cuesta arriba y medio asfixiada, pues ahora que se la cargue a cuestas y eso que la mujer disfrutará” ¿Mentira o Verdad?

lunes, 18 de mayo de 2015

¿DE QUE PODRÍAMOS HABLAR?

          ¿Por qué cuando no tenemos tema de conversación siempre recurrimos al tiempo? Me he hecho muchas veces esta pregunta y no encuentro una explicación razonable que me tranquilice ante esta inquietud que se me está apoderando de una forma desmesurada. A todos nos parece normal subir en el ascensor con cualquier vecino y ponernos a hablar sobre el calor o el frio que hace, que si esto no es normal para la época en la que estamos… que tanto lo decimos que digo yo que ya será normal. ¿Por qué no utilizamos otros temas? La única explicación que se me ocurre es porque de este asunto cualquiera puede opinar, como es gratis y no hace falta tener estudios superiores para decir tonterías, pues eso, yo expreso mis sensaciones y si te gustan bien y si no también.
          ¿Qué pasaría si en lugar del tiempo habláramos, yo que sé… de los extraterrestres, por ejemplo? ¿Os lo imagináis? Una conversación de este tipo en el ascensor podría ser de la siguiente forma :

JOSE: Buenos días
VECINO1: Que hay, buenos días
VECINO2: ¡Ehhh…! (siempre hay uno que casi no habla)
JOSE: Han dicho en la radio esta mañana que el jueves se esperan varios avistamientos de ovnis en la ciudad.
VECINO1: Algo he oído, pero yo no hago mucho caso de esas cosas. Siempre nos dicen lo mismo y luego igual solo pasa uno o dos y los ve quien los ve.
VECINO2: ¡Ehhh…! Eso será
JOSE: Pues yo si lo creo. Es temporada y casi seguro que un par de cientos aparecen en el cielo a lo largo del día.
VECINO1: ¡Amos yaaa! Pues sí que eres crédulo. Mira lo que te digo, si ves tres te invito a lo que quieras.
VECINO2: ¡Ehhhh…! si, si. Eso mismo pienso yo.
JOSE: Acepto tu apuesta. Te los enviaré por “guasaps” para que los veas. Yo estoy harto de ver casi todos los días extraterrestres de camino a la oficina.
VECINO1: Si pero esos no son de los que vienen del espacio. Ya me dices algo.
VECINO2: ¡Ehhh…! ¿Qué, qué…? No “menterao de ná”.

               ¿Y si el tema fuera acerca de las mutaciones genéticas?

JOSE: Hola ¿Cómo va la regeneración multicelular de tus blastocitos?
VECINO1: Bien, bien. Menudo susto me dieron cuando me dijeron que estaban mutando en mucosas papilares. ¡Si es que no somos nadie!. Un día estas normal y al otro te has convertido en una esponja pluricelular. Que rollo esto de las mutaciones.
VECINO2: ¡Ehhh….! Si eso, que pesadez.
JOSE: Pues me alegro de ello. A ver si la próxima vez que nos veamos la cosa ya está curada.
VECINO1: Eso, eso. Y si se produce alguna mutación que sea de bolsillo. A ver si se nos llena de dinero
VECINO2: ¡Ehhh…! Lo mismo, lo mismo.

              ¿Y si habláramos de economía?

JOSE: Hola vecinos. Vaya la que nos está dando el Ibex. No hay por donde cogerlo. Ayer subió 3 puntos porcentuales por factores coyunturales y hoy baja porque a la banca le han afectado las fluctuaciones del yen con el dólar.
VECINO1: Yo hace tiempo que no invierto en empresas del Ibex, prefiero el mercado secundario, es más flexible y optimiza más los recursos disponibles en cash.
VECINO2: ¡Ehhh…! Ya, ya… es que es muy “variadero”.
JOSE: Pues mira, no te digo yo que no invierta algo en “stock options”. Lo hablaré con mi bróker a ver si puede deshacerme posiciones en el Ibex.
VECINO1: Buena medida adoptada. Te auguro beneficios después del “Flow” exposicional en el sector energético.
VECINO2: ¡Ehhh…! ¡Bufff, el energético! Ya lo creo, ya lo creo.

Y así podríamos sacar miles de temas pero… ¿Creéis que alguno de los aquí expuestos es más interesante que  el del tiempo? Sinceramente pienso que no. Es el que más juego da y sobre el que todo el mundo puede opinar sin temor a equivocarse o parecer pedante. ¿Mentira o Verdad?

PD.:
JOSE: Vaya calor que hace hoy.
VECINO1: Ya lo creo.
VECINO2: ¡Ehhh…! Será debido al anticiclón proveniente del subtrópico que al posicionarse en la vertical del paralelo 38 produce una entrada de vientos del sur-suroeste cargados de polvo en suspensión que impide que los rayos ultravioletas salgan reflejados…..
JOSE y VECINO1: ¿Mandeeee? ¿Pero este no es el que no hablaba nunca? No “menterao de ná de ná”.

lunes, 11 de mayo de 2015

EL JINETE SIN CABEZA

         Cuenta la historia que en tiempos de Juana de Arco vagaba por las estepas un jinete bravio dedicado a fomentar la igualdad entre sus paisanos. Su misión no era otra que la de establecer un orden de las cosas en el que nadie fuera mas que nadie, en el que todos los habitantes de la región poseyeran los mismos derechos, en el que todos los hombres y mujeres fueran iguales ante la ley, en el que nadie pasara hambre habiendo existencias... en pocas palabras "¡¡¡ya esta bien de tanto pillar pa la saca hoooombreeeee, deja un poco pa miiii leeeeñe!!!"
            Lo que este jinete no sabía es que sus acciones le iban a conducir a un trágico final ¡Lástima de hombre, quien pudiera avisarle ahora de su futuro! Él lo hacía convencido de que sus obras tendrían recompensa tarde o temprano ¡¡Pero que equivocado estaba!! Rondaba cerca el año 1846 (si ya se que Juana de Arco era del 1400, pero que más da si todo es inventado) cuando en el pequeño pueblo de Pegasapos se disponían los preparativos para colgar hasta la muerte a Rucio, verdugo, panadero, hostelero, cartero y herrero de esta localidad. ¿Que de donde venía el nombre del pueblo? pues de la costumbre que tenían sus habitantes de celebrar carreras en el mes de agosto con un sapo pegado a los riñones mientras se tiraban rodando cuesta abajo por el cerro la mulilla. Que decir tiene que ganaba el que llegaba abajo con menos huesos rotos, porque el sapo daba igual que saliera vivo o no, solo servía de decoración, ya que las damas del municipio se sentían muy atraídas por dicho animal ¿Que porqué? ¡Y yo que narices sé, deja ya de tanto preguntar que al final no te cuento la historia!
              El caso es que Rucio fué acusado de alta traición a la corona por ostentar mas cargos que el propio rey, lo cual en ese momento de la historia estaba penado con la horca y por lo tanto se ordenó su ejecución inmediata. Pero el hombre tuvo mucha suerte, porque el día del ahorcamiento el verdugo, que era él mismo, no se presentó a cumplir con sus obligaciones y la gente, harta ya de esperar y esperar y siendo el mes de agosto, aprovecharon que estaban todos reunidos para celebrar su tradicional fiesta del pegasapo, así que la gente fue desalojando la plaza y se fueron yendo hacia el cerro. Solo se quedó Rucio, que al ver que era abandonado, como pudo, se desató las cuerdas y aprovechó para escapar al monte. Por el camino se iba diciendo que iba a vengar la ofensa que le habían hecho y que no descansaría hasta conseguir que un hombre normal pudiera ejercer cualquier trabajo y acaparar todos los oficios que deseara. De hay surgió la primera idea de "minijobs" ya que para que una persona pudiera disponer de múltiples trabajos estos deberían ser de poca duración, sino no da tiempo a ejercerlos. Tal obsesión le entró al hombre que fue de pueblo en pueblo convenciendo a los patronos, capataces y demás gente con poder de que lo mejor para la gente era la libertad de trabajo. No se podía obligar a nadie a ser solo una sola cosa y mas cuando se pueden ser varias y por poco tiempo. No le costó mucho granjearse el afecto de los mandamases y la medida propuesta por Rucio fue rápidamente aceptada por todos. Instalada rápidamente a base de tesón y lucha, el pueblo se fue convirtiendo en una especie de trabajador "navaja suiza" que vale para todo pero que solo se usa en contadas ocasiones y como todos valen para todo, con contratar a uno en el momento que lo necesite de verdad, con eso sobra. Ya no es necesario tener a un chatarrero a tiempo completo, ni siquiera a un panadero si solo se come pan por la mañana, ni a un herrero si durante varios meses no se necesita herrar a ningún caballo.
              Se había conseguido crear trabajo y especialidad para todo el mundo pero solo para cuando se necesitara realmente. Y ahora viene lo malo, un buen día en pleno agosto, el tal Rucio decidió volver a su pueblo para participar en sus afamadas fiestas y sus paisanos en lugar de agradecerle todo lo que había conseguido de trabajo para ellos, le insultaron, lo ultrajaron y lo asesinaron cortándole la cabeza y atando su cuerpo a un caballo para que recorriera toda la comarca y así los poderosos se dieran cuenta de que eso mismo les podría suceder si continuaban con su actitud de empleo hacia el populacho. ¡Que pena señores! el pobre Rucio perdió su cabeza por luchar y conseguir cosas buenas para su pueblo. ¡Que gente mas desagradecida! Y por tanto desde aquí y en vista de que estamos a pocas fechas de las elecciones les sugiero a los señores Rajoy, Pedro Sanchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera que no se preocupen mas por nosotros, que nos dejen a nuestro libre albedrío, no vaya a ser que después la gente que es muy mala les paguen con la misma moneda con la que le pagaron a Rucio. ¡¡Desagradecidos!! ¿Mentira o Verdad?.

lunes, 4 de mayo de 2015

TRANSFORMACIÓN AL VOLANTE

         No se que me pasa últimamente pero no soy el mismo que era. Llevo una temporada que tengo lapsus de memoria, no recuerdo que he hecho en ciertos momentos de mi vida cotidiana. Hay veces que me levanto y todo se desarrolla de manera normal, me levanto, desayuno, como, duermo la siesta, meriendo, ceno y me acuesto, vamos, lo que vulgarmente se conoce como la vida del cerdo. Hasta aquí todo bien (que digo bien... de buten) pero hay otros días que algo extraño me pasa, mi vida no transcurre igual, se producen acontecimientos que yo no recuerdo en su totalidad, incluso diría que no he sido yo el que los ha vivido.
           Todo comenzó a raíz del cobro de la herencia de mi bisabuela la argentina, que no es que fuera de ese país, es que se ponía a hablar y no había un Dios que le quitara la palabra. Se enrollaba... se enrollaba.. y no paraba en torreta. La pobre mujer cuando nos pillaba por banda se quedaba bien a gusto. Al tema. No es que me tocara mucho dinero, pero yo siempre había tenido un sueño ¡tener un buen coche deportivo! así que aproveche ese pellizquito que me tocó de herencia y me compré el coche de mis sueños ¡un Porsche Carrera! Que le voy a hacer, uno tiene sueños caros. Claro lo compre y me quedé sin un duro, pero tenía mi "Porscchh" como a mí me gusta llamarlo porque el resto de los mortales cuando me ven le llaman "Porche" ¡que incultura!. El caso es que siempre me ocurre lo mismo cuando me subo a él, es poner mis manos sobre el volante y algo se apodera de mi cuerpo de tal forma que me cambian hasta las facciones de la cara. Todos me conocéis, soy una persona más bien tímida, apocada incluso, que lleva una sonrisa siempre en la cara pero es subirme al coche... y la sonrisa se me borra por completo, apareciendo en su lugar una expresión de poder, de ser superior. La timidez da paso a una extroversión indigna de una persona humana. Se me pasan cosas por la cabeza que... que... ¡buf, me da miedo hasta contarlas!
            El primer día de tener el coche los del concesionario me lo trajeron hasta mi puerta. Llamaron y mi mujer y yo bajamos a la calle donde nos hicieron entrega de las llaves. Nos dejaron solos para que lo disfrutáramos. Nos subimos a él y en cuanto toqué ese volante de cuero, climatizado, con sus incrustaciones de nácar en el centro, me pegó tal subidón de adrenalina que los carrillos de mis mejillas enrojecieron hasta tal punto que mi mujer tuvo que ponerse las gafas de sol porque llegaban a deslumbrarle. A mi mente vinieron entonces escenas cercanas a la paranoia, mejor dicho, a la psicopatía, porque un anciano pasó por delante de mi Porscchh y me pareció que se apoyaba en el capó. Me entró de todo. Le toqué el pito (el suyo no, el del coche) bajé la ventanilla y como un descosido empecé a insultarle y a llamarle de todo menos guapo. El pobre hombre se llevó tal susto que en cuanto terminó de cruzar la calle cayó al suelo fulminado. "Menos mal que ha caído en el otro lado y no encima de mi coche porque sino lo reviento" pensé o dije en voz alta, ya no me acuerdo. 
             Al momento un coche por detrás me hace las luces. No se qué debí pensar, que me quería adelantar o algo y me pedía paso.... a mí..... ¡con mi Porscchh nuevecito! La cabeza se me embotó de repente, creí estar en un circuito de fórmula 1 yo miraba el cuenta kilómetros e iba a 300, pero por detrás venía un Simca Mil pidiéndome paso. Yo aceleraba y aceleraba pero el Simca seguía pegado a mi guardabarros trasero. ¡Que mal trago pasé!... Menos mal que enseguida el conocimiento volvió a mi cabeza y descubrí que lo único que pasaba es que el sol reflejaba en el coche que yo tenía detrás. Pero lo más impactante fue ver la cara de mi mujer a mi lado ¡Estaba blanca! era incapaz de articular palabra alguna, que yo pensé "Joder, que bien nos hubiera venido el coche para callar a la bisabuela argentina", pero enseguida recapacite y le di dos tortas bien dadas para que reaccionara. ¡Vamos si reaccionó! me pegó un puñetazo en mis partes y me dijo "¿Duele? pues a mi también me ha asustado verte como te has puesto y no he reaccionado como tú". Se bajó del coche y se dirigió hacia casa. Yo quité las manos del volante, abrí la puerta del coche y me bajé casi llorando. No por el disgusto de dejar el coche, no, sino por el dolor de "güitos" que llevaba tras el puñetazo recibido. Sin poder incorporarme del todo y casi arrastras llegué al portal y lo mejor de todo, me tocó subirme cinco pisos andando y en mis condiciones, porque la buena señora dejó la puerta abierta del ascensor para que me acordara de que eso de dar tortazos no estaba demasiado bien visto.
               Y así va todo. Hace ya mas de tres meses desde que me compré el coche y cada vez que me subo a él me suceden cosas extrañas. Y yo pienso: ¿Que me sucederá el día que me atreva a arrancarlo y ponerme a circular? ¡Solo Dios lo sabe!. ¿Mentira o Verdad?