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lunes, 9 de marzo de 2015

LA BODA DE MI SOBRINA

      ¡Bien... bieeennn. Fiessstaaaa, fiessstaaaa...! Acabamos de recibir por correo certificado la invitación al acontecimiento mas importante que se va a celebrar este año y no es una montería, ni una becerrada, ni siquiera un viaje a Botswana a cazar elefantes. Es la celebración de la boda de mi sobrina Ma.... (¡Uyyyy! perdon, perdón... casi digo el nombre y prefiero que quede en el anonimato para que nadie se moleste si no ha sido invitado. ¿He hecho bien, verdad Marian?). Pues sí, he sido seleccionado de una larga lista de "presuntos" invitados para acompañar a los novios en ese día tan maravilloso para mi... perdón, para ellos... como es el día de su boda. Y no creáis que es cualquier cosa, porque en esa lista figuraban mas de 1000 personas, bueno, tal vez haya exagerado un poco, pero 800 seguro que habían, y creo que de entre todos esos solo vamos unos 101 (uno arriba, uno abajo que mas da) lo cual aún hace mas importante que me hayan elegido precisamente a mi (madre mía la que os espera). Por tanto desde estas líneas agradezco a la feliz pareja dicha elección porque es un honor que hayan contado conmigo para ello. No se que es lo que habrán tenido en cuenta para hacer la criba, pero lógicamente de mi les habrá convencido mi saber estar, el aire gallardo que poseo, la tremenda simpatía que despido por todos los poros de mi piel, mi don de gentes... en una palabra, ¡leñe! que tampoco era tan difícil elegirme. ¡Hasta yo lo hubiera hecho!.
          Lo malo de todo esto es que desde que recibí el tarjetón estoy sumamente nervioso. ¡Ríete tú de los nervios de la novia! Es como si el que se casara fuese yo. ¿Y porque? os preguntaréis, pues porque desde entonces no paro de pensar en donde y con quien me van a sentar. Ya, ya sé que es una tontería, pero si lo analizas bien verás que llevo mi parte de razón. Porque... ¿Hay algo peor que el que te sienten en un banquete al lado de alguien a quien no conoces o que te cae mal? ¡Te dan la noche, te lo digo yo! Con lo bonito que era antes, que cada uno se sentaba donde quería y con quien quería. Ya desde la iglesia ibas hablando con unos y otros para decidir con quien te sentabas y antes de que acabara la ceremonia ya te habías subido al coche para ser de los primeros en coger sitio en el banquete, para ti y los cinco o seis que querías que estuvieran a tu lado. ¡Que tiempos aquellos!. Además, como eran mesas largas de lo menos medio kilómetro, tú llegabas y te ponías justamente en el medio de la mesa, y al lado colocabas el bolso de la mujer y desparramado por el resto de sillas todos los abrigos y chaquetas que podías conseguir para que nadie te quitara los sitios elegidos (hasta unos calzoncillos he llegado yo a ver encima de una silla para decir que estaba ocupada).
          Ahora, como todo ha cambiado, estas costumbres se han perdido y con ellas los buenos ratos que pasabas discutiendo con la familia "Aquí me siento yo porque me sale de los coj...., Quita ese bolso de ahí y tíralo a la mier..." ¡Que bonitos "palabros" nos decíamos! Pero bueno, eso es lo que tiene el avance de la sociedad, que todo lo bonito desaparece. Ahora son los novios los que deciden donde te debes sentar y con quien. Y llámame mal pensado, pero en las últimas quince bodas que he estado me han colocado al fondo del restaurante y detrás de la única columna que había en el salón, que también es casualidad, porque todo este tipo de locales se distinguen porque están construidos con una sola columna que aguanta el techo y mira por donde a mí siempre me toca detrás de ella. Me las conozco ya a todas, claro que los dueños de los restaurantes también me conocerán a mi, porque en todas dejé grabado "Eres mi luz y mi soporte, nunca te olvidaré" y lo firmé como "Fenollosa" ¡Que vayan y busquen!
            Espero que si los novios tienen un rato y leen esta misiva, se den por aludidos y no me coloquen detrás de otra columna, porque esta vez me levanto y les cambio mi sitio por el suyo, quieran o no quieran. En fin, que hagan lo que buenamente puedan, creo que con aguantar a los ciento y pico de invitados que van a tener todo el día dándoles la monserga ya van bien servidos.¿Mentira o Verdad?
PD.: Enhorabuena pareja y lo dicho, a ver que sitio me escogéis. A mi particularmente el de la mesa de los novios no me desagradaría, pero como es decisión vuestra... ¡Ahí lo dejo!

2 comentarios:

  1. Pues a mi también me preocupa el sitio y con quien me pongan,pero bueno un día es un día,4 gintonic 4 wiskisis y adelante.eltiolavara.tom

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    1. Pues no lo había visto desde ese punto de vista, pero podría funcionar.

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