EL JARRÓN DE LA DINASTÍA MING

Antes de empezar a relatar esta historia, quiero acordarme de toda aquella gente que esta sufriendo penurias debido a la crisis, asi como de todos aquellos que lejos de nosotros, en otros países, continúan padeciendo el olvido del mundo "desarrollado" y que realmente son los que peor lo pasan siempre halla o no crisis.
Dicho esto, empiezo aquí mi blog un 3 de Mayo del 2013.

Se nos dijo hace tiempo que la crisis no era crisis, simplemente era una etapa de transición entre una época de vacas gordas (o locas, para entendernos) a otra de vacas normales. Pero resultó que de lo "normal" se paso a lo "sub-normal" y de ahí a lo "irracional" y ahora estamos metidos de lleno en el "¿y esto que es?". No hay nada mas amargo en esta vida que las mentiras que nos cuentan que hacen que parezcamos idiotas. Porque mentir todo el mundo miente, pero que te digan a la cara que el jarrón de la Dinastía Ming lo has roto tú cuando ni siquiera sabes de que jarrón te hablan y de que en tu vida has visto un jarrón de ese señor ("habéis vivido por encima de vuestras posibilidades y habéis hundido el país"), eso es mofarse en nuestra cara. Más cuando poco a poco vas descubriendo que todos ellos tenían en sus casas uno de esos jarrones (sobresueldos, dietas, comisiones por licencias para edificar...) y que se los iban pasando de mano en mano entre todos los amigotes hasta que al final se les cayo de las manos ¡¡¡y ahora dicen que lo hemos roto nosotros, tendrán jeta!!!. Como pueden ser tan sinverguenzas. Y no conformes con acusarnos, ahora quieren que lo paguemos, y van y nos recortan en sanidad y educación, nos tiran de los trabajos, nos quieren quitar las prestaciones del paro y, además, piensan en bajar las pensiones a los que ya las tengan y a los futuros pensionistas, si puede ser, que no lleguen ni a cobrarlas (aumento edad jubilación, mas años de cotización...). Vamos que si lo llegan a hacer premeditadamente no les sale tan bien. Y la pobre gente del país ¿Qué hace? pues nada, un par de pataleos y bajarse los pantalones y decir "que pase el siguiente...". Ni en la Edad Media los señores feudales lo tuvieron tan fácil.
En fin, creo que han tocado a la puerta, voy a bajarme los pantalones que creo que ya es mi turno de decir "que pase el siguienteee..." (Mentira o verdad).
Un saludo amigos.