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martes, 25 de abril de 2017

Y EL SÉPTIMO DÍA... DEFRAUDÓ

         La religión, ese tema tan espinoso que es mejor no tocar. Hacerlo te deparará problemas, seguro. Y con una trama histórica sin parangón en nuestra sociedad: "Un Ser superior viene a la tierra, nos crea, le salimos rana y tiene que venir a salvarnos". Como película... algo corta, pero como anuncio publicitario... podría tener su aquel.
         Y es que, lo mires por donde lo mires, no hay por donde coger la historia que nos cuentan. Ni los críos se la creen. Tiene fallos desde el inicio, así que... qué voy a decir del final. Además es una historia que se va adaptando a los tiempos. Lo que antes era una verdad incuestionable, con el paso de los años ha dejado de serlo y el guión se ha reescrito para que la historia siga pareciendo creíble. No quiero entrar en si es cierto lo que se dice en ella o es una fábula, allá cada cual con sus pensamientos e ideologías, todas respetables. El problema viene de quien nos la cuenta, esos señores vestidos de negro (y no son los árbitros) que van introduciendo nuevas interpretaciones de las Escrituras conforme a ellos les va bien.
        A ver, señores clérigos, que ya somos todos adultos, que ustedes se han montado una historieta de donde sacar tajada y vivir del cuento. Que quitando a unos cuantos de ustedes, que realmente se lo creen y que sí ayudan a su prójimo, yéndose a países tercermundistas y poniendo en peligro su propia vida, pero de la misma forma que lo hace cualquier integrante de una ONG, quitando a esos pocos, los demás no son nada más que unos señores opulentos que gustan de lucir palmito engalanados con lujosas vestimentas y de hacer acopio de suntuosos palacetes repletos de obras de arte, mientras sus "siervos" mueren de hambre y miseria, y que no se acuerdan de ellos nada más que en sus "oraciones", creyendo que de esa forma los platos de los pobres rebosarán de comida con la que paliar en parte su miserable vida.
        Durante dos mil años no han parado de menospreciar a la clase pobre. La han humillado, se han aprovechado de ella esclavizándola, le han robado las tierras, la poca comida que tenían, hasta la vida les han quitado. ¿Y todo para qué? Para que en nombre del Señor ellos fueran cada vez más y más ricos. Y así han llegado hasta nuestros días, "endiosados", creyéndose que están por encima del bien y del mal, cometiendo mil fechorías sin que sus superiores hicieran nada para remediarlo, más bien lo contrario, los protegían. ¡Pero basta ya de privilegios! ¿Porque ellos no pagan los mismos impuestos que yo? ¿Porque no se ganan el pan con el sudor de su frente y no con el mio? ¿Porque tengo yo que mantenerlos, si ellos poseen más riquezas que yo? Solo pido igualdad y justicia. Aquel que se desviva por sus semejantes, que sea recompensado, pero aquel que solo se aproveche de la ignorancia humana, que pague sus culpas (y sus impuestos) como cualquier mortal. ¿Mentira o Verdad?

4 comentarios:

  1. Si tambien pienso igual.....por otro lado aveces pienso que de alguna manera algo de bien hacen por que aun hay muchas personas que tienen fe, la fe que ellos pregonan y que aferrandose a eso les ayuda a vivir.(En mi familia somos asi)

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    1. Si, como ya he dicho no estoy en contra de las creencias, cada uno es libre de creer o no, si eso le ayuda, pues bien, adelante. Lo que critico es a las personas que predican y luego no dan ejemplo de ello, sino que hacen todo lo contrario, y por desgracia son la mayoría

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