MIRANDO AL FUTURO

        En uno de mis paseos matutinos tuve un encuentro con un personaje bastante singular. Iba caminando por el Paseo de la Alameda cuando decidí sentarme un rato enfrente de uno de esos monumentales árboles que en dicho Paseo se encuentran. Absorto me encontraba mirándolo cuando a mi lado vino a sentarse un individuo de mediana edad (nunca he sabido que significa eso), de complexión fuerte (esto menos) y estatura normal (pues anda que este dato...). Sin ningún tipo de cortapisas, el hombre se dirigió a mi en tono metafísico, como si nos conociéramos de hace tiempo. "Que grande es la naturaleza ¿Verdad?" Me dijo de sopetón. Al principio no sabía si contestarle o hacerme el desentendido para no darle tema de conversación y así evitar aguantarlo a mi lado. Pero no sé porqué algo me empujó a dirigirle la palabra, "Pues si, es extraordinaria".

          Durante unos minutos el silencio reinó en el entorno hasta que el individuo volvió a pronunciar una frase poco menos que lapidaria (si es que me salen las palabras y no sé que significan), "Yo conozco el futuro y sé que nos deparará". Lo miré con extrañeza y le respondí: "Pues hágame partícipe de sus conocimientos, así ya seremos dos los que lo sepamos". El hombre, mirando al árbol me dijo: "¿Estas seguro de ello? Igual no te gusta lo que vas a oir". Sin inmutarme dije: "Adelante, cuénteme usted que sabe del futuro, sin miedo". Y con voz profunda se dispuso a contarme lo que él conocía del futuro:

           "Debo decirte que yo vengo del futuro. Que he visto a lo largo de mis viajes por el tiempo muchas cosas que a cualquiera le pondrían los pelos de gallina. El futuro no se parecerá en nada a lo que hasta ahora estábamos acostumbrados a ver. En un tiempo no muy lejano y debido a que viviremos por encima de nuestras posibilidades, el dinero se acabará, los bancos no podrán hacer frente al pago de las nóminas de los trabajadores, ni de las pensiones. Los Gobiernos se verán en la obligación de salvarlos para que el Sistema Financiero de las Naciones no quiebre y se vaya todo el Estado del Bienestar a pique. Para ello el gobierno subirá los impuestos a sus ciudadanos, recortará en Sanidad y Educación y se verá en la obligación de salvaguardar los intereses empresariales por encima del de sus ciudadanos. La gente se echará a las calles a protestar, pero cuando llegue el momento de la verdad, se echará atrás y votará a los mismos que les han llevado a esa situación". Además....".

            "¡¡Para, para!!" Le dije yo. "Eso que me estás contando no es el futuro, es el presente. Eso ya está pasando". Se quedó un momento en silencio hasta que me contestó "Te aseguro que eso será el futuro. No te miento. Yo vengo del año 2016 y lo he visto con mis propios ojos. Si no quieres creerme no me creas, pero te aseguro que lo que te estoy contando, sucederá". Me quedé mirándolo, como si estuviera un poco ido de la azotea y le dije: "Ahora mismo estamos en 2016 y eso que me estás contando es justamente lo que está ocurriendo en estos momentos. Tu no vienes del futuro, tú ya estás en él". Se quedó meditativo, miró de nuevo hacia el árbol inmenso que teníamos enfrente y me dijo: "Nuestro futuro es el que yo te he contado. Lleváis años en crisis y seguís sin hacer nada. Cuando tenéis opción de cambiar las cosas, volvéis a hacer lo mismo de siempre. Créeme, vuestro futuro es el 2016, no saldréis de él hasta que no cambiéis las cosas" Se levantó del banquito y se marchó. Todavía no salgo de mi asombro por las palabras que pronunció. ¿Será nuestro futuro siempre igual? ¿No seremos capaces de cambiarlo nunca?. ¿Mentira o verdad?