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lunes, 13 de abril de 2015

LA BIBLIA SEGÚN SAN JOSE

      Esta Semana Santa me he dedicado a realizar labores de investigación acerca de la veracidad sobre las andaduras de Jesucristo y su familia en la Biblia y he hallado un pergamino, escrito por el mismísimo San José que cuenta una historia algo distinta a la que conocíamos hasta ahora. Dice así:
        "Hola, soy José, el de Nazaret, ese poblado marítimo cercano al Cabañal. Nací en el año 25 antes que mi hijo, porque si hubiera nacido después que él se habría liado parda, si ya se armó cuando decían que mi mujer lo tuvo sin... sin... en fin, ya sabéis. Escribo estas líneas para intentar aclarar un poco esas leyendas que se han creado en torno a mi familia y que algunos de los mejores escritores de la época se han dedicado a divulgar para ver si algún San Mateo Spilberg les compra los derechos para realizar alguna obra de teatro y de paso llenarse los bolsillos con unos buenos Sextercios del Águila. La historia comienza una tarde de verano cuando mi mujer María, a la que popularmente la gente del barrio llamaba "La Virgen" porque era mas pesada hablando que una vaca en brazos y que siempre que se juntaban con ella en la compra del superette salían de la tienda diciendo aquello de "La Virgen, que pesada es, no la aguanta ni Dios", vuelvo al tema que me lío, pues se acercó a mi y me dijo "José, estamos preñados". Claro, yo me miré y dije "Ostias, pues que bien lo llevo porque no me noto nada", es que mi mujer era un poco basta, provenía de una tribu del norte y no tenía la delicadeza en el habla que tenemos los mediterráneos. No me pilló por sorpresa lo que me dijo porque llevábamos mas de un año hablando con las palomas del parquecito y sabíamos por los libros que tarde o temprano tendríamos un hijo. Así que sin hacerle mucho caso seguí trabajando en el puente de madera que Calatrava me había encargado el año pasado para la inauguración de su Ciudad de las Artes.
          Pasados 7 meses nació nuestro bebé, un buen morlaco de 5 kilos que daban ganas de comérselo a besos por lo bonico que era. Le pusimos de nombre Jesús, aunque a mi me hubiera gustado llamarle Pablo, pero como siempre pasa en estos casos, la mujer es la que decide y por no oírla mas con aquello de "Si hombre, Pablo, como el tonto de la isla de Alborán". A los pocos días de dar a luz tuvimos que salir corriendo de la clínica porque no teníamos ni un duro con el que pagar los servicios del hospital y como todavía no se había inventado la seguridad social... Así que nos tocó escondernos en la cabaña de un monte lleno de olivos hasta que pasaron varios años y la deuda prescribió. Cuando Jesús tenía ya 18 años bajamos a vivir de nuevo a Nazaret y nuestro hijo empezó a ir con un tipo de gente que no nos gustaba nada... pero nada de nada. Empezó a hablar de una forma muy rara, defendiendo a los pobres y acusando a los gobernantes de corruptos y de no preocuparse por su pueblo. Se dejó el pelo largo y barba, que María le instaba siempre a que se hiciese una coleta para disimular un poco esas greñas. Pero ni caso, él seguía con su discurso "Podemos acabar con la injusticia. Podemos tirar a esos corruptos del poder. Podemos unirnos todos y gobernar nosotros para el pueblo y por el pueblo". A mi todo eso me sonaba "com un ismo" que decimos los valencianos, es decir, que eso no podía traer nada bueno. Si toda la vida esto ha funcionado así y estamos bien, quiero decir, pobres y jodidos, pero estamos vivos, ¿Para que cambiar? Nunca los cambios han sido buenos y sino ya veréis como a lo largo de la Historia, ningún cambio será para mejor. No será bueno quitar la Santa Inquisición, ni acabar con el feudalismo, ni siquiera la revolución francesa servirá para nada, pero bueno, son cosas de jóvenes, en cuanto pasen unos años cambiará. Pero estaba equivocado, pasaban los años y él cada día era mas radical, hasta el punto que un día recibí en mi taller una nota de nuestra alcaldesa Santa Rita que me pedía terminar con esas protestas por parte de mi hijo si no quería probar el "caloret" de les falles en mis propias carnes y todos sabíamos que no se refería al "caloret" del verá, ni siquiera al del ivern. Así que un día invite a casa a Jesús y sus amigos y le pedí a María que preparara una cena para doce personas. Durante la cena intenté convencerles de que lo que ellos proponían no era la mejor manera de vivir para los pobres. Nosotros no estábamos habituados a mandar ni tampoco a manejar dinero ¿Que haríamos con tantos millones de sextercios en nuestras manos? Si no sabemos ni que son las carreteras, ni los aeropuertos sin aviones, ni el AVE, ni los auditoriums... bueno, eso si los conocíamos en esa época, pero ¿Como ibamos a gastar ese dinero? Y era entonces cuando me respondía su amigo, el pequeñajo ese.... si.... ¿como se llamaba?.... ¡Ah, San Marcos Errejón! "Haremos hospitales para pobres, levantaremos escuelas y les daremos educación y con el dinero que sobre daremos asistencia social a la gente que la necesite". ¡Están como una cabra! pensé yo. "A estos no hay nadie que les cambie de idea". 
            Menos mal que al final de la cena se acercó a mi uno de ellos, un tal Judas el bigotes y me dijo "No te preocupes José, yo se como acabar con todo esto, tengo contactos en el gobierno que me ayudaran a terminar con esta vorágine de perversión del sistema, esta nueva Sodoma y Gomorra tiene sus días contados". Y así ocurrió. Fue salir de casa y un grupo de centuriones apresó a todo el grupo y los llevó a las mazmorras. La lloraera que pilló María fue de aupa. Yo intentaba consolarla diciéndole lo típico, "Esto son cosas de chavales. Ya verás que pronto los sueltan..." Pero me equivoqué, aunque solo en parte, pero era la parte que a mi me tocaba, porque a todos los liberaron menos al "coletas" , que era como los guardias llamaban a mi hijo Jesús. A él lo llevaron a juicio ante Poncio Rajoy que se lavó las manos y dejó que decidiera su chimpancé amaestrado (no voy a dar su nombre) el cual decidió lo mas nefasto para el muchacho, la crucifixión. Y con esto terminó la historia para mi y toda mi familia. Ya nada mas se supo de nosotros... ¿O si? Porque según la Biblia, Jesús, mi Pablo.... ¡¡¡¡Resucitó!!!!   ¿Mentira o Verdad?.
PD.: Esta historia es ficción, todo parecido con la realidad es pura coincidencia. El autor no se siente identificado con los personajes que en ella aparecen.

6 comentarios:

  1. Vamos hombre, por favor!! Esto no hay quien se lo crea! Que manera de difamar y tergiversar la realidad, que es eso del coletas, superette, hospitales, no señor, no.... Todo lo que cuenta son cuentos, no se puede comprobar, nos lo tenemos que creer pq lo pone escribo en el blog y ya est???

    Yo me quedo con la verdadera historia, esa de vírgenes preñadas, palomas sementales, abrir las aguas, plagas, convertir agua en vino, resucitar..... Esto si es creíble!!
    Vamos, no nos venda humo con historias para niños!

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    1. Le aseguro que todo lo escrito en este blog es cierto. Encontre un manuscrito escrito de puño y letra por San Jose.... Luis Navarrete

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  2. jijiji muy chuli la comparación. Y... con la Iglesia hemos topao

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    1. No, no. No es una comparación, es cierto como la vida misma

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  3. Me ha gustado tu blog, soy Alberto. Has comentado una publicación mía en Bloggers.

    ¡Nos leemos!

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